TRASHUMANCIA
(ESPAÑA, COLOMBIA, ALEMANIA)
En la pandemia vivía con dos perras guardianas de ganado de 60 kilos cada una, se llamaban Volcán y Montaña.
Sus nombres hacían honor a su raza – Gigante de los Pirineos - una de las más antiguas del mundo. Estos perros tuvieron su origen hace miles de años cuando viajaban desde la India protegiendo los rebaños de los pueblos nómadas que poblaron el continente europeo.
La crianza selectiva transformó los cerebros de estos potentes perros en seres pacientes y nobles que crecen al lado de corderos y ovejas adultas sin hacerles daño, su pelaje blanco y espeso los confunden con el ganado ovino, pero a pesar de su exterior robusto, tierno y hasta cierto punto torpe, guarda su interior un instinto protector capaz de matar tigres siberianos, o Gatos Monteses e inclusive osos.
Don Luis, quien dedicó toda su vida al pastoreo trashumante me cuenta que con la llegada de la primavera se desplazará con sus animales de los valles a lo alto de las montañas en busca de nuevos lugares para pastar.
Él es una de las últimas personas en el mundo que aún conserva la vieja tradición trashumante. Vive con su ganado y viaja con él en total libertad por España dependiendo la época del año. Acampa, duerme, cocina y vive junto a sus animales.
A Luis le preocupa la presencia del Lobo Ibérico. En su región, ya ha habido ataques a los ganados de sus amigos, circunstancia que no recuerda haber vivido nunca a pesar de sus más de 40 años trabajando el monte.
La solución es simple, tener más Mastines Españoles, una raza de perro casi extinta muy parecida a los Gigantes de los Pirineos que tanta compañía me hicieron hace unos años.