
El equilibrio de la vida.
Die Heimat
Crecí en Colombia un lugar mágico pero violento, y como todos los colombianos crecí rodeado de entornos hermosos pero con grandes miedos. La montaña no fue siempre un lugar seguro, durante decadas las leyes secretas prohibían su ingreso, historias macabras de paramilitares y guerrilleros despiadado era lo que se pensaba cuando se miraba el monte.
“Die Heimat” una palabra alemana que no tiene traducción exacta a otros idiomas. “Die Heimat” recuerda la seguridad de la niñez, puede ser tanto un lugar, como un sentimiento, como un actividad. Heimat es aquel lugar donde nos sentimos en casa, puede ser el hogar de nuestros padres, tomar un café al atardecer mientras se lee un libro, o en mi caso la montaña.
Por fin ahora podemos empezar a explorar aquellos lugares que durante años permanecieron cerrados para todos. Nunca entendí de dónde venía, mi padre es alemán y mi madre se educó en Francia, por muchos años no sentí que nada me atañase a Colombia, hasta que retome una vieja tradición familiar que había sido olvidada durante las decadas de la violencia, el alpinismo
Era un adolescente cuando practicaba kick boxing y MMA. En una tarde veía como un compañero intentaba e intentaba patear, siempre caía, le salía fatal. El entrenador se aproximó a él y sin saberlo nos dio a todos nuestra primera clase de filosofía oriental.
“No puedes esperar tener equilibrio aquí, si en tu vida no tienes equilibrio. Si te dedicas al alcohol, a la fiesta, a las mujeres, nunca tendrás el equilibrio para patear bien”
Este año empecé a practicar Slackline, un deporte moderno heredero de la escalada en roca.
2. Adolescencia
Antaño en los días de descanso los escaladores de Yosemite en California empezaban a practicar equilibrio en las cadenas de los parkings. Luego intentaron hacerlo en cuerdas y finalmente en las cintas de escalada usadas para las reuniones. El deporte evolucionó y los intrepidos jóvenes empujaron los límites cada vez más, empezaron colgando las cintas de un árbol a otro, después sobre el lago donde podían caer seguros, la altura fue aumentando proporcionalmente, hasta que decidieron perforar dos riscos que se encontraban cara a cara y así montar el primer Highline de la historia, una cinta más o menos tensa por la que practicarían fonanbulismo atados de su arnés a la cuerda en todo momento.
El deporte tardaría en llegar a Colombia, donde decadas más tarde se popularizaría, sobre todo en Bogotá y sus municipios aledaños, que rodeados de montañas son el escenario perfecto para la práctica del highline.
A principio del 2021 un amigo importó un slackline chino por 35 dolares, practicamos durante meses enteros en el parque. Rápidamente podía cruzar las cortas lineas de 15 metros, sentarme en ellas y girar. Ya no era un reto, busqué incansablemente otras personas que practicaran slackline en mi ciudad sin suerte de encontrar a nadie.
Sabía que si decidía avanzar en el deporte debía conseguir una linea más larga, contacté por Facebook con Andrés un joven slackliner bogotano que amablemente me asesoró en la importación de una linea de 120 metros para la practica del highline.
Una vez con mi equipo aquí y con muchas horas de lectura y vídeos sobre el tema, fui con un rotomartillo inalambrico al nevado del ruiz para instalar mi primer Highline a una altitud de 4.100 m.s.n.m .
3. Madurez
Ya había instalado mi highline un par de veces en el nuevo spot, timidamente había cruzado la linea con mi roldana y me había parado en el borde con la seguridad de un par de pajonales de colchón antes del desplome. Sin embargo nunca había visto a nadie hacer highline, de hecho nunca había visto a nadie fue de mis amigos en el parque de Manizales hacer slackline. Contacté con Felipe por medio de Facebook, un biciviajero bogotano que vivía temporalmente en pereira.
Gracias a Pipe pude recibir aquel día mi primer clase de highline y llenarme de alegría al ver como se volaba sin temor constantemente, en unos días estaría en Sutatausa en el festival de high, donde esperaría poder empezar a arrojarme con la misma seguridad que él lo hacía.
Tejiendo Montañas
El primer contacto con la comunidad highlanera
Los primeros destellos del deporte



















































Highwarmisfest
"El vértigo es algo diferente del miedo a la caída. El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados." Milan Kundera
Introducción
Clarice Lispector una de las escritoras más infravaloradas del boom latinoamericano decidió utilizar la voz de un hombre como narrador de su libro “la hora de la estrella”.
Según ella había ciertas cosas que solo un hombre puede expresar. Hoy utilizo esta voz femenina para narrar esta historia, pues creo que hay otras cosas que solo nosotras somos capaces de explicar.
Recuerdo que un día a Virginia Wolf le preguntó un reportero, ¿Cómo podemos nosotros evitar la guerra?, ella le advirtió (antes que nada) que un dialogo sobre el tema era prácticamente imposible. A pesar de que ambos pertenecían a la clase instruida, había una brecha que los separaba, ella era mujer y el reportero, hombre. Virginia Wolf no aceptaba la palabra “nosotros” en la pregunta, pues las mujeres no hacemos la guerra, son los hombres quienes la emprenden, para ellos hay una gloria, una razón, una satisfacción.
Por otro lado nosotras entendemos que la guerra desangra, destripa, destruye, aniquila. No encontramos en ella gloria alguna.
La destrucción, la muerte, la miseria no nos interesa…
Nosotras no vinimos al mundo para cortar alas, sino, para dejar volar…
MIEDO
Todas recordamos nuestra primera vez, nuestro primer amor, nuestro primer beso, nuestro primer amante, nuestra primera noche fuera de casa, nuestros logros, nuestras victorias.
Pero lastimosamente recordamos también cuando otros nos hirieron, cuando nos humillaron, cuando nos insultaron, cuando nos engañaron, cuando tuvimos miedo.
El miedo forma parte de la naturaleza de este deporte, pararse en una delgada línea de 2 centímetros y medio, a 100 metros de altura no es fácil. Los pensamientos negativos se repiten alimentados por el miedo: “no puedes hacerlo”, “te vas a lastimar”, “no deberías hacerlo”…
Liberación
Crecer en Latinoamérica es difícil, pero es aún más difícil criarse aquí siendo mujer. Hace 48 años las mujeres no eran consideradas personas en Colombia.
Marvel Moreno, la escritora más importante de Colombia junto con García Marques, escribía un libro titulado “Algo tan feo en la vida de una señora bien” el título hace referencia a todas aquellas libertades subyugadas que la sociedad de la primera mitad del siglo XX veía como normal, libertades que fueron ganadas por la generación de mujeres de la posguerra, que contra todo un mundo (literalmente hablando), pudieron vencer y obtener después de una larga, fatigante y difícil lucha.
Para la sociedad colombiana “Algo feo en una mujer” era poder votar, no ir a misa, no casarse, divorciarse, no tener hijos, trabajar, sentir placer en el sexo, decidir sobre su propio cuerpo, escoger a quien amar, decirle “no” a los hombres.
Esas cosas feas, que no podían formar parte de una “señora bien” condujeron a la protagonista del libro, Laura de Urueta al suicidio, la última decisión que tampoco podía tomar una mujer.
Casi 50 años más tarde, en las zonas remotas de Colombia poco ha cambiado, allá lejos de las grandes ciudades, las mujeres deben vivir día a día bajo los mismos códigos que los hombres han impuesto durante siglos.
¿Qué es el highline?
¿Por qué nos balanceamos sobre acantilados? ¿Por qué caminamos por cintas de escasos dos centímetros? ¿Por qué hacemos lo que todos nos dicen que no hagamos?
Lo hacemos precisamente por eso, porque es lo que queremos hacer y no importa a quien le disguste o a quien le moleste. Nosotras caminamos sobre la cinta floja porque es nuestro cuerpo, nuestra vida y nuestra decisión.
El highline es una herramienta más para empoderarnos, es un frente más de lucha para que otras mujeres puedan decidir por sus propias vidas y por sus propios cuerpos.





















































La senda de Xixaraca
Allá en lo alto del Cerro Carambá, hablábamos de dioses antiguos, quienes solo se revelan a los iniciados.
Imaginábamos el cuerpo de Xixaraca deidad de los Umbrá y de los Anserma. A lo lejos veíamos dos imponentes cascadas de más de 100 metros, se trataba de las lágrimas de la diosa Michuá que llora cada día y cada noche hasta que pueda volver al hogar del que fue desterrada.
Abajo en el valle y las ciudades celebraban el nacimiento de un dios ajeno que cruzó el mar, de un dios extraño, que hablaba en otro idioma.
Mientras tanto nosotros realizábamos nuestro propio ritual en las alturas en honor Xixaraca deidad del aire.
Un camino bautizado “La senda de Xixaraca” se tejió entre los dos picos del Carambá. Atónitos veíamos a mujeres y hombres transitar por la senda, volaban a 700 metros de altura en el corazón de los andes Colombianos.
En el resguardo los habitantes se reunieron aquella tarde para observar a aquellos visitantes que querían conocer a sus dioses. Fue un espectáculo inolvidable para todos quienes estuvimos allí.
Xixaraca, Michuá y Carambá, tres deidades ancestrales que fueron tatuadas en sangre sobre todos aquellos que presenciamos esa senda aquel día.
Linea de 70 metros “La Senda de Xixaraca” abierta Felipe Restrepo, el colectivo Med_line, en compañía de Ingruma.co y Slako Colombia.
Linea de 70 metros “La Senda de Xixaraca” abierta Felipe Restrepo, el colectivo Med_line, en compañía de Ingruma.co y Slako Colombia.
Linea de 70 metros “La Senda de Xixaraca” abierta Felipe Restrepo, el colectivo Med_line, en compañía de Ingruma.co y Slako Colombia.
Linea de 70 metros “La Senda de Xixaraca” abierta Felipe Restrepo, el colectivo Med_line, en compañía de Ingruma.co y Slako Colombia.
Linea de 70 metros “La Senda de Xixaraca” abierta Felipe Restrepo, el colectivo Med_line, en compañía de Ingruma.co y Slako Colombia.